ONU Mujeres ha abandonado su misión de defender los derechos y la igualdad de las niñas y las mujeres. Únase a nuestra campaña Mujeres Unidas por los Derechos de las Mujeres: firme nuestra carta abierta y haga saber a ONU Mujeres que vilipendiar a las mujeres que saben que los hombres no son mujeres es incompatible con la protección de los derechos de las niñas y las mujeres.
Nosotras, las abajo firmantes, mujeres organizadas en asociaciones, grupos, colectivos y movimientos de diversos países, integradas por mujeres con todas las edades, clases, razas, niveles educativos, orientaciones sexuales, confesiones religiosas y posiciones políticas, así como mujeres y varones independientes repudiamos al comunicado publicado por ONU Mujeres, en el que la Institución se refiere a los grupos y organizaciones críticos hacia la concepción ideológica de la “identidad de género” como grupos “antiderechos”, tildando a todo disenso como peligroso, de “extrema derecha” y de propagar “discursos de odio” contra la “comunidad LGBTQI+”.
En un clásico movimiento de DARVO (del inglés “negar, atacar y revertir víctima y agresor”), la declaración recientemente publicada por ONU Mujeres, “Las comunidades LGBTIQ+ y la resistencia antiderechos”, acusa de incitación al odio a quienes no están de acuerdo con la ideología de identidad de género. Pero las acusaciones formuladas por ONU Mujeres a lo largo del texto son falsas y perjudiciales hacia los niños y adolescentes, mujeres, lesbianas y gays, al calificar de odiosas el cuestionamiento sano y totalmente razonable de una nueva ideología que subvierte los derechos de las mujeres. Es ONU Mujeres la que está trabajando activamente contra las organizaciones de mujeres que buscan la verdadera igualdad entre los sexos:
- La noción ideológica de identidad de género es antitética a la diversidad. Consolida estereotipos dañinos y misóginos para mujeres y varones, niñas y niños, contra los cuales las organizaciones de mujeres han estado luchando durante décadas. La ideología de la identidad de género aplaude a los varones por “realizar” una caricatura de una mujer, un insulto a las mujeres de todo el mundo. La ideología de la identidad de género empuja a las adolescentes lesbianas y gays a someterse a cirugías de “cambio de sexo”, en lugar de celebrar su orientación sexual. Esto es lo opuesto a una defensa de los derechos humanos;
- LGBTQI+ fuerza a las lesbianas y a los gays a agruparse con un grupo que no es gay. La ideología de identidad de género borra a las lesbianas al empujarlas a aceptar a varones como compañeros sexuales. No hay “comunidad” en forzar a las personas a aceptar a heterosexuales que quieren pretender ser alguien que no son;
- El falso llamamiento a la atención sanitaria, con referencias a la salud reproductiva de las mujeres y de las personas con diferencias en el desarrollo sexual (“intersex”), en realidad encubre la violación de la ética del cuidado, la promoción del odio hacia el propio cuerpo, la sumisión a alteraciones físicas realizadas por una industria farmacéutica y médica guiada por el lucro y la falta de compromiso con el bienestar y la autoaceptación.
Lo que ONU Mujeres llama “movimientos anti-LGBTQI+” son, de hecho, movimientos de mujeres conscientes de las intensas y profundas violaciones de derechos humanos perpetradas bajo el disfraz del movimiento de derechos “LGBTQI+”. Las mujeres tienen el derecho de hablar en defensa de sus derechos, así como los de los niños y las lesbianas. Llamarnos propagadores del “discurso de odio” por hacerlo es simplemente opresión patriarcal bajo un nuevo disfraz.
Lo que ONU Mujeres llama “derechos” LGBTQI+, lejos de representar los derechos de las personas LGB, son esencialmente demandas de grupos de varones para la destrucción y violación de los derechos de otros grupos:
- exigen invadir espacios exclusivos para mujeres;
- exigen competir en deportes femeninos;
- exigen ser alojados en cárceles de mujeres, poniendo a las prisioneras en riesgo directo de violencia, sin ningún lugar a dónde ir;
- exigen certificados y documentos que mienten sobre quiénes son;
- usan la falsa identidad permitida por la ideología de identidad de género para escapar de acusaciones de violencia contra las mujeres;
- exigen la eliminación del significado de madre, mujer y lesbiana para dar cabida a los varones;
- exigen intervenciones dañinas, poco éticas y experimentales en niños y adolescentes;
- exigen la legalización de la explotación sexual y la capacidad reproductiva de las mujeres.
La estrategia principal utilizada por ONU Mujeres en este texto es ampliamente conocida1, ya que sigue el manual que el activismo trans ha utilizado durante mucho tiempo: elevar a un grupo recién declarado al estatus más alto de víctima marginada. Esto crea un conflicto directo con los derechos de grupos marginados desde hace mucho tiempo, como las mujeres, las lesbianas y los niños. Los activistas trans crearon una nueva supremacía falsa, colocándose en la cima.
ONU Mujeres despliega la táctica de una falsa alianza, al forzar a quienes trabajan por los derechos humanos de niños, adolescentes, mujeres, lesbianas y gays a comenzar a colocar los intereses del grupo denominado LGBTQI+ en la cima de la jerarquía de derechos humanos: “trabajar por los derechos humanos de las personas LGBTIQ+ es inseparable del trabajo por los derechos de las mujeres y la igualdad de género”.
No estamos de acuerdo. ONU Mujeres debería apoyar el trabajo por los derechos de las mujeres, no decirles a las mujeres que dejen sus preocupaciones en un segundo plano frente a un grupo recién creado cuyo principal objetivo es reclamar los derechos de las mujeres para los varones.
Contrariamente a lo que afirma ONU Mujeres, los niños, los adolescentes, las mujeres y las lesbianas no tienen que someterse a grupos masculinistas, no necesitan trabajar por las demandas masculinas para que sus derechos sean garantizados y deben tener plena autonomía. Niños, adolescentes, mujeres y lesbianas, incluidas las organizaciones feministas que ONU Mujeres intenta instrumentalizar en su texto, no comparten los mismos objetivos que los grupos activistas trans. Aquellas de nosotras que hemos experimentado el activismo trans podemos atestiguar que esto es una nueva versión del “patriarcado, supremacía blanca, racismo, colonialismo, capacitismo, clasismo y otros sistemas de opresión”. La afrenta más atroz es que ONU Mujeres utilice estos insultos contra organizaciones feministas que trabajan por los derechos de las mujeres.
La propaganda implacable de ONU Mujeres exige que las organizaciones de derechos de las mujeres se sometan a las demandas de los varones de reconocimiento de su “feminidad”, lo que demuestra una vez más que ONU Mujeres ya no es un organismo interesado en proteger y promover los derechos de las mujeres. ONU Mujeres es ahora una herramienta del patriarcado y oprime activamente a las mujeres.
Es por eso que los verdaderos movimientos por los derechos de niños y adolescentes, mujeres, lesbianas y gays siempre serán necesariamente “críticos de género” y se opondrán a las demandas masculinistas disfrazadas de “derechos de las personas transgéneras”, que están en conflicto explícito con la vida de niños y adolescentes, mujeres, lesbianas y gays.
Otra estrategia de ONU Mujeres es etiquetar las quejas de todos estos grupos como productoras de “pánico moral”, una estrategia con la que todas estamos muy familiarizadas, porque siempre que las mujeres luchan por no perder sus escasos derechos a la existencia o luchan por sus hijos, son menospreciadas comolocas, histéricas y demasiado exigentes.
ONU Mujeres debe cesar y desistir de sus intentos de minimizar las preocupaciones reales de los padres sobre la salud y el bienestar de sus hijos. Cortar partes del cuerpo sanas de los niños, esterilizarlos y administrar hormonas del sexo opuesto en sus cuerpos NO es “atención médica”. Es un daño, y cuando un organismo internacional de primer nivel promueve el daño, los padres tienen todo el derecho a cuestionarlo.
Del mismo modo, no hay “pánico moral” en señalar que los datos existentes demuestran que las “mujeres trans” representan la misma amenaza para las mujeres que los varones2, ya que las “mujeres trans” son, por definición, varones.
En cuanto a la “desfinanciación” y la “exclusión de espacios cívicos”, la declaración de ONU Mujeres “quejándose” de la falta de financiación es ridícula, cuando en todos los países occidentales tenemos fuertes inversiones de fundaciones que interfieren con la autonomía de los movimientos de mujeres y LGB3. Los poderes gubernamentales, como el poder judicial, el legislativo y los gobiernos estatales, también están apoyando cada vez más políticas públicas basadas exclusivamente en la imposición de la ideología de la transgénero en la educación, la salud, la seguridad pública y otros. El ejemplo más reciente fueron los Juegos Olímpicos en Francia, llena de exaltación de la idea de “transgénero”, lo que demuestra que, lejos de estar desfinanciado, este movimiento está siendo, por el contrario, altamente financiado y hegemónico.
Las graves acusaciones de ONU Mujeres afectan a todas las organizaciones aquí firmantes y a todos las mujeres y varones que critican la ideológica de género y afirman, en particular, que las mujeres y las niñas tienen derechos específicos basados en el sexo.
Llama la atención que ONU Mujeres pone la expresión “ideología de género” entre comillas, tratando de caracterizarla como algo prejuicioso, cuando el movimiento transactivista es innegablemente ideológico en su raíz, ya que se basa en ideas y creencias abstractas: el movimiento cree que las personas pueden cambiar de sexo, cree en estereotipos sexistas que definen lo que son las personas, cree en una entidad llamada “identidad de género” que se percibiría subjetivamente, no tiene base material, pero debería imponerse como una verdad concreta en toda la sociedad.
Comprometido con abrazar y reafirmar su compromiso con toda una agenda centrada en el proyecto queer, el sistema de la ONU se ha vuelto igualmente ideológico, ya que se ha distanciado de la ciencia y la realidad y hoy en día trabaja, en sus diversas instancias, a favor de una ideología que en lugar de defender los derechos de las mujeres, las niñas y los homosexuales, la mayor parte de la población mundial carente de derechos humanos, trabaja activa y exhaustivamente para borrar los conceptos necesarios para proteger a estos grupos.
Las Naciones Unidas, comprometida como está con una agenda opuesta a los intereses de mujeres, lesbianas, niños y adolescentes, es antidiversidad, antiderechos humanos y antidemocrática. Este tratado de ONU Mujeres intenta silenciar la crítica legítima a un movimiento que subvierte los derechos de las mujeres, utilizando acusaciones falsas, lenguaje despectivo y degradante, todas herramientas de la histórica opresión patriarcal de las mujeres.
Por todo lo anterior, en esta carta abierta denunciamos a ONU Mujeres por traicionar la causa de las mujeres en todas partes, al anteponer las preocupaciones de un grupo recientemente creado por varones que codician nuestros derechos y espacios por encima de las preocupaciones de las mujeres reales. ONU Mujeres fue creada en 2010, como la Entidad de las Naciones Unidas para la Igualdad de Género y el Empoderamiento de las Mujeres. Se suponía que ONU Mujeres debía defender la causa de las mujeres, no despojarnos de nuestro poder y borrar nuestra igualdad en favor de varones que pretenden ser mujeres. Francamente ONU Mujeres ha perdido el rumbo.
También destacamos la naturaleza antidemocrática de ONU Mujeres, en su negativa a entablar un diálogo.
No renunciaremos al entendimiento de que las mujeres son hembras humanas adultas, que las lesbianas son mujeres que se sienten atraídas por las mujeres, que los niños y adolescentes no pueden consentir a intervenciones delirantes y perjudiciales para su desarrollo.
Estos son aspectos no negociables para todas las organizaciones que firmamos este manifiesto, como deben serlo para cualquier institución afirme defender los derechos humanos.
Ante esto afirmamos que:
- Los intentos de criminalizar a las mujeres que rechazan la ideología de género revelan que ONU Mujeres propaga y promueve la misoginia en su forma más elemental.
- Los insultos y las acusaciones de ‘extrema derecha’ están destinadas a silenciar a cualquiera que sea crítico con la noción no probada de “identidad de género”. Una entidad de la ONU nunca debería usar esta táctica, especialmente contra mujeres que abogan por los derechos de las mujeres, los niños y los derechos de lesbianas y gays.
- La acusación de que las mujeres que critican la ideología de género forma parte de grupos “antiderechos” constituye un discurso de odio por parte de ONU Mujeres, lo cual fomenta la silenciación y persecución de las mujeres, negando nuestros derechos.